Hoy me encontré con unos cuantos mensajes de ChileSoc en mi casilla. Entre ellos, uno en el que se busca a un sociólogo/a para participar en un nuevo programa de televisión. Lo que se espera, es que pueda ayudar a comprender “qué rol juega el almacén como un espacio en el que se construye la identidad del barrio, como centro de relaciones sociales directas y cercanas, como núcleo de comercio a baja escala que permite otras formas de negociación, incluyendo a los fiados”. Además, a esta gente le interesa conocer “Cuáles son los elementos que constituyen la identidad del barrio chileno; cómo ha cambiado, a grandes rasgos, la figura del barrio en este siglo; de qué manera el barrio engloba la idea de un espacio seguro y confiable para sus habitantes, donde pueden desarrollar sus vidas en forma armónica: qué importancia tiene en la visión de mundo de quienes viven en él”. Las respuestas a esta performance fueron recomendaciones de X y Z personas como los indicados, debido a su trabajo de conservación de barrios o porque sabe del “canal tradicional”, como nos informan que es re-semantizado el almacén por quienes se dedican al marketing.
¿Es que nadie se da cuenta de lo que pasa? Si, en el mejor de los casos, lo que entre comillas se expone más arriba fueran hipótesis a contrastar, ya sabemos cual es el resultado: ninguna se sustenta.
Planeaba escribir varios puntos diferentes para señalar los errores en los que se incurre, pero finalmente resolví apelar a la madre del cordero: los supuestos equívocos. ¿Qué coño quieren decir cuando dicen barrio e identidad? Hace un tiempo trabajé con la territorialización del espacio residencial que algunas barras bravas del fútbol chileno realizan. Entonces, me pareció obvio recurrir al concepto de barrio. 7 Diferentes definiciones, distintas y distantes todas ellas. ¿La identidad de los residentes está definida por la forma en que utilizan el espacio algunos de sus habitantes? En fin, el problema es que no existe un “barrio chileno” ni si quiera “algunos barrios” chilenos. Dicho término es indeterminado. Aunque se consideren todas las dimensiones, todas las variables relevantes para la definición y medición del fenómeno, lo que sea que es el barrio, no existe “el barrio chileno” como no existe la “identidad chilena” o sandeces esencialistas similares. Conozco dos investigaciones que muestran, para varias ciudades, como lo que en algunos lugares se denomina como “barrio” no es concebido si no como el lugar del miedo, del extraño, de la no confianza y de la desarmonía.
Sospecho que se sigue pensando en la bucólica y fantasista figura del barrio como equivalencia de “conjunto de viviendas de sectores populares y medio-populares de los 80’s que se movilizan y que construyen vínculos en base a la coincidencia del espacio residencial ocupado”.
Bueno, si el/la sociólogo/a que veremos en el programa de televisión, efectivamente es versado/a en temáticas de “barrios-identidad-sociedad”, y en realidad hace sociología, entonces tendrá que decir frente a las interrogaciones antes planteadas algo como: “La verdad, es que no existe nada ni remotamente parecido al barrio chileno; crecientemente existen personas que no construyen su(s) identidad(des) en referencia al lugar en donde residen, precisamente allí donde en el pasado se dijo que aquello ocurría; y también hay quienes que, a la par, no definen el sector que rodea a su vivienda como ‘un espacio seguro y confiable’ y mucho menos armonioso. Sin embargo, también hay lugares en donde efectivamente la imagen tradicional folklórica-“intillimanezca”-comunitaria del barrio ocurre, pero no en todos lados, ni siquiera en la mayoría de los lugares que usted parece entender por barrio”.
¿Es que nadie se da cuenta de lo que pasa? Si, en el mejor de los casos, lo que entre comillas se expone más arriba fueran hipótesis a contrastar, ya sabemos cual es el resultado: ninguna se sustenta.
Planeaba escribir varios puntos diferentes para señalar los errores en los que se incurre, pero finalmente resolví apelar a la madre del cordero: los supuestos equívocos. ¿Qué coño quieren decir cuando dicen barrio e identidad? Hace un tiempo trabajé con la territorialización del espacio residencial que algunas barras bravas del fútbol chileno realizan. Entonces, me pareció obvio recurrir al concepto de barrio. 7 Diferentes definiciones, distintas y distantes todas ellas. ¿La identidad de los residentes está definida por la forma en que utilizan el espacio algunos de sus habitantes? En fin, el problema es que no existe un “barrio chileno” ni si quiera “algunos barrios” chilenos. Dicho término es indeterminado. Aunque se consideren todas las dimensiones, todas las variables relevantes para la definición y medición del fenómeno, lo que sea que es el barrio, no existe “el barrio chileno” como no existe la “identidad chilena” o sandeces esencialistas similares. Conozco dos investigaciones que muestran, para varias ciudades, como lo que en algunos lugares se denomina como “barrio” no es concebido si no como el lugar del miedo, del extraño, de la no confianza y de la desarmonía.
Sospecho que se sigue pensando en la bucólica y fantasista figura del barrio como equivalencia de “conjunto de viviendas de sectores populares y medio-populares de los 80’s que se movilizan y que construyen vínculos en base a la coincidencia del espacio residencial ocupado”.
Bueno, si el/la sociólogo/a que veremos en el programa de televisión, efectivamente es versado/a en temáticas de “barrios-identidad-sociedad”, y en realidad hace sociología, entonces tendrá que decir frente a las interrogaciones antes planteadas algo como: “La verdad, es que no existe nada ni remotamente parecido al barrio chileno; crecientemente existen personas que no construyen su(s) identidad(des) en referencia al lugar en donde residen, precisamente allí donde en el pasado se dijo que aquello ocurría; y también hay quienes que, a la par, no definen el sector que rodea a su vivienda como ‘un espacio seguro y confiable’ y mucho menos armonioso. Sin embargo, también hay lugares en donde efectivamente la imagen tradicional folklórica-“intillimanezca”-comunitaria del barrio ocurre, pero no en todos lados, ni siquiera en la mayoría de los lugares que usted parece entender por barrio”.
Dramatico, sumado a las perogrulladas descritas con aterioridad, Chilesoc se conviertio en un espacio de corneteo semi institucional, falto que saliera el mail y saltaron inmediatamente dos "colegas" (uf que mal) a proponer un candidato sin prestar mínimo análisis a las premisas que contiene la "invitacion", menos a discutirlas o ponerlas en entredicho.
ResponderEliminarrudo, este episodio detono la cancelacion de mi subscripcion, si quiero ver fellatios mejor pongo una buena porno
podría ser peor si es que el sociólogo que aparezca en el programa respondiera a las preguntas de la invitación con una postura nostálgica de algo que ni siquiera sabemos si existió alguna vez (así como esa gente que le gusta romantizar la vida de los conventillos) y sin considerar el conocimiento producido por la disciplina.
ResponderEliminarno lo encontré tan grave. al final, el asunto era apenas una invitación escrita por un sociólogo que seguramente entiende de medios de comunicación y no de barrios y que en ese caso está haciendo la pega de un productor. por algo la invitación era para un experto. antes de dar por perdida a la sociolgía en Chile, habría que esperar a ver qué dice el famoso experto.
sería distinto si esto hubiera sido una invitación al debate: "amigos, quiero invitarlos a debatir sobre la desaparición del barrio chileno como espacio armónico, fuente de identidad de sus habitantes". en ese caso podría suponerse que quien invita a ese debate asume como verdaderas esas ideas.
a propósito, si el experto tuviera una visión "bucólica" de los barrios, ahí si que andaría perdido...
ResponderEliminarSi, es cierto lo que dices Socióblogo, en mi entrada asumo que la productora, representada por el sociólogo que envia en mail-invitación, asume que aquello existió alguna vez. Todo lo que planteo debe ser antecedido por un flaite "suponpongamos que lo que ellos escribieron lo creen cierto". De otro modo mi argumentación no tiene sentido.
ResponderEliminarLo de bucólico, lo uso en el sentido literal y en cierta forma figurativo tamnbién. Es una phantasía, una romantización del barrio lo que aparece en la intervención que aquí comentamos (por lo demás, estoy de acuerdo con tu crítica a la romantización análoga de los conventillos. Básicamente, no la soporto)
De todos modos, sigo pensando que es demasiado acrítica la forma en que la gente de ChileSoc reacciona frente a todo.
Saludos
creo que sería interesante investigar esa romantización de los "barrios tradicionales", creo que está bien difundida. se podría ligar quizá con el rechazo a Wal Mart y similares y también con los movimientos antiglobalización (o 'altermundistas' como parece que se les dice ahora) tipo "buy/eat local".
ResponderEliminaryo admito que prefiero comprar mi dosis semanal de chelas en la botillería de la esquina (5 cuadras) que en el líder (3 cuadras) porque en la botillería me dicen hola y chao. en el líder también, pero como que uno sospecha que es parte de un guión.
un caso radical de idealización de los conventillos que conozco de cerca fue una compañera de curso del colegio que se fue a vivir a uno hace un par de años. recuerdo que un día la fuimos a ver y todas mis amigas miraban maravilladas, "uy, qué lindo el lugar!!". yo solamente pude mirar callado, imaginándome a los habitantes de los años 30 o 40 muriéndose de tuberculosis gracias a la humedad o sufriendo escenarios comparables de precariedad.
casos académicos de esa romantización no conozco. ¿los hay?
ah, antes que se me olvide. la idealización de los barrios tradicionales, hoy destruídos por Paz Froimovich, creo que suele cometer un error: asume acríticamente una cierta determinación de lo social y de la cultura por el espacio. me parece que la crítica a las universidades 'cota mil' del llorón de berríos padecía exactamente del mismo error.
ResponderEliminarYo la verdad es que soy muchísimo más simplista con respecto a la explicación del fenómeno romantización del "barrio tradicional"(al parecer nos gustó eso de la "romantización"). Para mí, quienes sustentan tales discursos y disposiciones frente a barrios residenciales de índole popular en el centro histórico de Santiago, son parientes de los gentrificadores. Y los diferencio porque considero que son dos procesos diferentes: la ocupación de viviendas ya construidas en sectores si no deteriorados, al menos que no han sido objeto de los planes de renovación urbana, ni públicos ni privados, corresponde, sostengo, a los romantizados a secas. Los gentrificadores se van a los Lofts de Brasil. Los primeros son bastante más propensos a caer en la trampa comunitaristas que los segundos (he leído bastante poco la verdad con respecto a las características de los grupos gentrificadores, pero sospecho que tienen concepciones del sector de residencia que no se remiten al establecimiento de viejas supuestas prácticas comunitarias). Bonito sería poder hacer unas correspondencias múltiples para conocer las caractterísticas de ambos grupos.
ResponderEliminarCon respecto a las direccionalidades de las relaciones entre lo social, cultura y el espacio, uff, es básicamente uno de los 4 temas de mi interés. Los más más posmos están usando a Latour para describir-analizar la relación. Los que somos menos posmos, o absolutamente modernos, seguimos en la lógica de la cultura material y de las representaciones y disposiciones a la accion en-para-por el espacio. La receta le lleva harto Soja y un poquito de Shield, pero poquito. Talvez alguno de los niños PUC que volvieron hace poco nos puedan instruir un poco más al respecto, porque con la sociología de los primates (¡!) no me siento muy cómodo.