miércoles, 19 de agosto de 2009

Siempre Se Puede

He estado pensando en cómo animar a futuros estudiantes de ciencias sociales a permanecer en ellas. Bue, una forma bastante usada, creo, es mostrarles cuan dúctiles pueden ser los social scientists (we are scientists, yeah!). Aparte de montar un estudio de abogados especializado en asuntos corporativos y adquisiciones hostiles, también es posible hacer otras cosas bastante más entretes. Dos ejemplos dejo. El primero, ser colaborador de una revista shuper, investigando ritos de pasaje en el África contemporánea; el segundo, trabajar con David Lynch entrevistando personas en el camino y reconstruyendo, en el proceso, las trayectorias de diferentes generaciones de gringotown.
Si no les anima ninguna de las dos, siempre hay un ambos Trial o una camisa Arrow acuadrillé esperándolos.
NASD

sábado, 15 de agosto de 2009

What's the point?

Hace unas semanas en la UDP anduvo una niña de Standford haciendo proselitismo para el deliberative polling®. La idea es que, luego de administrar una medición con una clásica encuesta sobre un key public issue, se realiza un sub-muestreo de dicha primera muestra; a esta nueva muestra se le entrega info respecto a dicho key public issue, debaten durante un fin de semana y se reúnen con expertos en el tema discutido; luego de dicho proceso, se les aplica nuevamente el primer instrumento y, voilà!, encontramos diferencias entre los resultados generados en la primera y segunda aplicación del instrumento.

Lo primero: esto apesta a liberalismo economicista clásico. Y es que, al parecer, esta gente comprende el proceso de constitución de las disposiciones como un fenómeno de posesión de información. Así, lo que habría que hacer es reducir el gap de información que los respondentes tienen. En realidad, no logro entender el punto del ejercicio. Hay varias investigaciones referidas a la toma de decisiones y acceso a información útil, cuyos resultados tienden a ser similares a los arrojados por la deliverative polling®.

Pero bue, yendo al punto, hay varios problemas que diviso. Por un lado, no he podido encontrar en sus informes info referida a cómo controlan los efectos de las distintas variables. Quiero decir, ¿cómo sabemos que el cambio en las opiniones de los sujetos sometidos al proceso deliberativo se debe efectivamente a la fuerza coactiva del mejor argumento, y no a procesos de hegemonización de los discursos ocurrido en el mismo fin de semana all inclusive? Si alguien sabe donde está la info, please compártala.

Además, quienes varían sus opiniones antes y después? Sabemos que típicamente en las polls hay un número de la muestra cuyas opiniones no son hard-core. Son esos los mismos que luego de la discusión con expertos cambian sus opiniones, o más bien hay un cambio porcentual transversal a los niveles educacionales, socioeconómicos y de otro tipo de capitales? Los médicos en la muestra cambian de la misma forma sus opiniones respecto a la extensión del seguro médico que lo hace una madre soltera? Nuevamente, si alguien encuentra la información, share with us!

Finalmente, si luego de atender a este proceso de debate racional bien documentado, las personas cambian sus opiniones respecto a ciertos temas centrales, la pregunta malvada que me surge es ¿esa misma gente que no tiene idea de nada elige a sus representantes? Con los resultados que muestran, se me viene a la mente esa escena de the remains of the day, cuando uno de los amigos del noble nazi le hace al mayordomo una serie de preguntas sobre “key public issues”, a las que, por cierto, el sirviente no logra responder. Lo que se levanta es el hecho que la democracia no es un ejercicio de compra-venta de bienes en el mercado como testarudamente vienen diciéndonos los liberales hace más de una centuria. El deliberative polling® tiene demasiado que probarnos antes de que podamos celebrar nada, ni política ni académicamente.
NASD

lunes, 3 de agosto de 2009

Copiando idea buena

El Humbug es un disco que tiene que ser escuchado por amantes del Stoner. Si te gustaron los dos primeros de los monos árticos, de la manera que a quien escribe le gustaron, entonces es improbable que le guste la nueva entrega. Y es que J. Homme metió mucha mano, y el resultado final es cinco británicos creyéndose gringos sureños. Es como si antes de grabar hubieran pensado "hey, TrueBlood es la raja, deberíamos hacer el tema de la segunda temporada". Así, tenemos 10 posibles temas de opening para una serie de vampiros ambientada en Louisiana redneck.

Hoy estuve hablando con Becki de mi infancia-adolescencia, y no recuerdo haber hecho cosas tan nefastas como las que Ana María Matute describe en los relatos contenidos en Otros Muchachos y otros cuentos. Entretes y siempre tristes, recorre el franquismo en sus fases inicial y mediana retratándonos a niños que simplemente viven. La idea es la que reza al comienzo de uno de sus cuentos, "No hay niños ni buenos ni malos, sólo niños". Igual lo disfruté.

Terminé la primera temporada de In Treatment y, joder, no se si tengo un crush con mi perro! A ratos agotadora, la serie protagonizada por Gabriel Byrne (!!!) y que yes yes yes, nos deja mirar hablar a Melissa George y Mia Wasikowska (LOL) es todo lo que esperaba de algo de HBO. Lo más cool es cuando Jake corrige al fucked up de Paul Weston al citar mal a Barthes ("It's an act of hysteria, not a stage"). Recomiendo no ver más de tres capítulo diarios.
NASD