martes, 15 de diciembre de 2009

LA POBREZA ES IGUAL QUE EL CANCER

Una de las virtudes y problemas de la enseñanza shuper de la UDP en materia de metodología es que, al orientarse en el desarrollo de habilidades cuali, nunca te enseñaron a diseñar investigaciones experimentales*. Por otro lado, la UC le pone güeno con esa custión.

En un cursillo de evaluación de PP, una idea central era la de construir grupos de control. Con esto, se espera poder realizar evaluaciones experimentales de los programas estatales, mejorándolos y así sacar a la gente de la pobreza, y blah blah blah…jardín del edén.

La cosa es que me he visto enfrentado en distintas ocasiones a la exposición de argumentos referidos a los supuestos problemas éticos que presentan los experimentos cuando se trata de programas estatales. “Lo que pasa es que no puedes darle el beneficio a uno y a otro no, siendo que ambos lo necesitan” dice el mayormente utilizado para exponer la dificultad que representan las evaluaciones experimentales. Lo que parecen olvidar quienes sostienen este tipo de argumentos es que ¡¡todo el punto de la evaluación es saber si la intervención es beneficiosa o no!! Asumen que el tratamiento (bien o servicio que el estado le provee a una población) es beneficioso en alguna medida, por lo que privar a un conjunto de individuos de dichos supuestos beneficios es éticamente reprochable. NOT!

Lo mismo ocurre en las ciencias naturales, particularmente las referidas a la medicina moderna. Ocupemos un ejemplo; ilustremos al lector. Juanito Perez y Shaniqua Jonson, dos académicos del depto. de oncología de la National University of Disneyland, creen que los pacientes que sufren de cáncer al colón responden de mejor manera a la droga X que a la Y. Como probamos la hipótesis? Bueno, se seleccionan 360 individuos, enfermos de cáncer al colon, y se controlan por variables que se han mostrado relevantes en ese tipo de trials. Se decide entregar aleatoriamente el tratamiento, sometiendo a prueba a 180 individuos, y a los restantes darles el placebo. Todos saben que es una prueba médica. Se hace el estudio. Se ven los resultados. Se sacan conclusiones. Dos años después tenemos ColonoX-L1, la nueva droga para tratar el cáncer de colon.

Ya, ¿alguien adivinó las similitudes? Primero, en ambos casos se cree, se tiene la impresión, la idea, que el tratamiento (sea una droga o una casa en chuchunco) otorgará beneficios a quienes reciban el tratamiento. Segundo, en ambos casos quienes reciben el tratamiento son personas que califican para la prueba porque lo necesitan. Es muy muy very muy requete interesante ver como en medicina se critica el hecho de que si quiera existan personas que reciban tratamientos potencialmente peligrosos (o beneficiosos, no tenemos idea) y en políticas públicas existan quienes se le paren los pelos de sólo pensar que la pobre señora juanita no va a recibir su casa en Puente Alto (vive en Renca).

Si tan solo nuestros shuper técnicos se dieran cuenta que en verdad las intervenciones que llevan a cabo son, hasta nuevo aviso, beneficiosas/perjudiciales para los receptores, toda esta preocupación sería un poquito mucho. Piense en la política de vivienda (la localización de) y tendrá la imagen de lo que hablo.

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* Me dicen por interno que en el ramo de evaluación actual Ibáñez si enseña.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Todos juntos como hermanos…de diferente padre, educación, sexo, edad y disposición de voto.

Hoy me había levantado con súper buenas pulgas. Regalos navideños ya conseguidos, Justice a la vista, Music in Fifths a todo volumen en mi ordenador (¡como amo decirle ordenador al computador!)…todo parecía perfecto. Lamentablemente, se me ocurrió leer la revista Sábado. Los que leyeron el reportaje sobre los seis perfiles de los jóvenes en materia electoral espero que digan algo aquí.

La verdad es que los resultados me importan un pepino, básicamente porque la recolección de los datos es lo que se presenta problemático. Y es que, luego de leer las shuper tipologías con nombres de fantasía harto fomes, nos ponen la ficha técnica. Uno, habiendo leído el documento, el fraseo y uso de porcentajes, asume como una quinceañera que los datos son cuanti, y que las tipologías son producto de un factorial or something. Nop. 10 focus. Frente a eso, uno dice, “si, bueno, bien poco creativo y prejuicioso de mi parte pensar que no podemos armar tipologías con datos cuali”.

Completamente nueva situación se presenta. El muestreo y composición de los focus es lo que importa ahora. Ahí el problema. “Cada grupo estuvo integrado por hombres y mujeres, inscritos y no inscritos, considerando al menos un inscrito por grupo”. Además de esto nos informan que “Participaron estudiantes, jóvenes que trabajan y desempleados”. No encontré jamás el informe de Lado Humano (las niñas que hicieron el estudio, junto con publicidad de la UDP, según dice la misma fuente) por lo que sólo nos referimos a la escasa info que da la revista.

Primer problema: juntan arrollado huaso con lasaña; o un fallaffel con fish n’ chips*. Los que votan, que están inscritos, tendrían características que difieren en un punto fundamental con los que no votan, que no están inscritos. De no ser así, importaría nada hacer la distinción. Pues bien, no los ponis a hablar a los dos en el mismo focus. No ponis al desempleado de La Pintana con el universitario de Barnetchea (usted no diga “Lo Barneshea”). Probablemente esto último no sucedió (esperamos), pero lo primero se mantiene.

Esto es así, debido a que el focus busca conocer opiniones grupales sobre situaciones cotidianas/ de sentido común. Hay que haber hecho bien pocos focus pa’ no saber que las dinámicas que se presentan cuando mezclas dos tipos de participantes que difieren un aspecto fundamental de tu estudio te jode la medida.
El blog estaba desactualizado y necesitaba algo que subir. Por suerte que siempre están los estudios con SERIAS limitaciones.
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*Igual es mala la metáfora, lo sé.

martes, 27 de octubre de 2009

La ciudad de Condorito

Hace unas semanas nos enteramos que los honorables aprobaron una de las medidas menos afortunadas en mucho tiempo: el cierre de calles y pasajes sin salida. Con esto, lo que se busca es “combatir la drogadicción y el delito en general” Plop! Dado que puede leer la noticia aquí y acá, vámonos to the good stuff.

Al utilizar un mecanismo regulativo como lo es un DFL para reorganizar procesos espaciales, la baja cámara nos muestra cuál es su concepción de políticas urbanas. Práctica cristalizada en las gated communities, el encierro en y de los espacios residenciales se expande de manera sancionada. Las soluciones de seguridad desplegadas en el espacio quedan, así, en manos de las supuestas comunidades. Este ha sido uno de los mayores argumentos esgrimidos por los defensores de esto en gringotown. La noción de eficacia colectiva que Bowles y Gintis usan, dale que dale, es lo que sustenta en gran parte dichas decisiones en el norte.

El problema es que, sospecho, los asesores de Mönkeberg y cia. no les hicieron llegar las minutas de media página sobre esta materia. Lo que estamos presenciando es, en realidad, la extensión en el espacio urbano de la concepción liberal de gobierno. La forma de asegurar la seguridad en las ciudades queda, por tanto, a disposición de los individuos.

Algunos verán en esto nada más que una medida democratizadora: aseguramos el acceso de todos los chilenos a un servicio que antes sólo estaba disponible para algunos. Lo tricky del asuntillo es que no es democrático asegurar una práctica que atenta contra la libertad de tránsito. Lo único que están haciendo es asegurar que se profundicen las imágenes desconfiadas del extraño, intentando brindar sensación de seguridad al expandir el espacio “Familiar” u “Hogareño”. Además, no todas las calles y pasajes quedan atentos a esta decisión.

En fin, no se que más decir. Se condorearon una vez más en Valpo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Cuando no comes palta Hass niegas tu identidad

Fermandios en una columna aparecida en El Mercurio nos dice, en referencia a la súper nueva publicación del sempiterno de Krebs, que tanto el ejército y el Estado son parte fundamental de eso que llaman identidad shilena. Lo que lleva a Krebs a plantear aquello y a Fermandois a estar de acuerdo, es un lamentable y decimonónico esencialismo. Y es que en la organización argumental que utilizan, un set de objetos producidos en Chile, Estado y ejército (como si este último estuviera fuera del primero), debido a otro set de características que en ellos aparecen, los transforman, por algún motivo, en elementos conformadores de la so called identidad shilena. Es decir, si usted considera que el Estado chileno ha operado de manera negligente a lo largo de su historia, sea que nos provea de evidencia o no, usted lo único que está haciendo es atacarse a sí mismo, porque el Estado está dentro de usted…no, para…cierto que no nos muestra una sola y simple evidencia que efectivamente el Estado está en el corazoncito de todos los chilenos. Para Fermandois, los ciudadanos chilenos que sostienen posturas pacifistas y críticas del ejército no están en línea con su identidad, porque, claro, obvio que todos sabemos y medimos la identidad de 16 millones de sujetos.

La guinda de la torta o, para seguir con la shuper shilenidad, del empolvado, es que para el barbudo PUC “…la conciencia nacional en Chile, lo confiese o no, tiene un carácter eminentemente político, que es lo que nos sostiene como miembros de una sociedad, de vivir entre nosotros”. O sea, hello! nacionalismo metodológico no te suena un poquito? El problema de esto, es que no es sólo Krebs o Fermandois quienes consideran que Estado=Nación=Territorio=Sociedad, y que sólo en la esfera de lo político-institucional se genera el orden social. Sin Estado, para este niño, no es posible la existencia de la sociedad. En meditaciones sociológicas ya nos han mostrado como Lechner ganó fama cometiendo una y otra vez el mismo tipo de error que aquí señalamos.

Igual, es esperable que alguien que enseña la historia que enseña en el lugar que enseña, diga las cosas que dice. Lo downer de la cosa, compadre, es que esto no es producto de la resaca originada por la orgiástica popular reciente, sino en una creencia empíricamente infundada y analíticamente débil.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Efecto Mateo a la chilena

Asumo que todos conocen de que va el efecto Mateo. La cosa aquí y ahora es resaltar una forma particular que toma dicho efecto, a saber: el efecto Mateo…a la chilena.

Me refiero a esa práctica decimonónica de otorgar recursos y posiciones en centros de investigación a personas que no han probado tener la capacidad de iniciar si quiera su escalada “mateística”. En el campo de la ciencia – o sistema, si así puede dormir más tranquilo- contemporánea, el gran y central instrumento para otorgar capitales es la capacidad de producción de un/a tipo/a. Aquello está medido por la tasa de publicación en sus diferentes versiones. So, esperaríamos ver a quienes tienen mejores tasas de publicación (bruta, ISI’s, Scielo) con mayores probabilidades de conseguir capital económico para la realización de investigación, que luego se traduciría en publicaciones, lo que aumentaría su capital en el campo, lo que haría que los asignadores de recursos monetarios decidieran por él/ella a la hora de entregar las lucas para investigación, lo que perpetuaría el proceso, chan!

Bueno, en Chile existe una forma bastante diferente de conseguir posiciones entretes en el campo. Hasta donde se, hasta hace un par de años a las jornadas de sociología en la UDP se les exigía una tasa anual de 1; según se desprende del documento de acreditación del programa de doctorado de la UC, sus jornadas tienen una tasa de publicación anual de 3; en la Chile sospecho que deben andar peor. En el mejor de los casos, la tasa asciende, en el peor, desciende.

Lo que pasa, es que la gente no publica. Hay una cantidad de journals de dimensiones bíblicas y los académicos, a quienes se les entregan los recursos para la generación de publicaciones, no hacen su pega. Lo único que importa, al fin y al cabo, es cuanto-donde-qué publica usted. Pero, una y otra vez, vemos como se le entrega plata a gente que no sabe que hacer con los resultados de su investigación.

Algo de eso está cambiando con los académicos jóvenes que se han integrado en algunos deptos, quienes si han entendido la lógica del campo. Esperemos que los asignadores de puestos y recursos entiendan que un/a académico/a joven con tasa de 2 ISI’s y 3,5 bruta es way better que un/a tipo/a que repite la misma clase hace 15 años y que publica un panfleto cada 4.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Siempre Se Puede

He estado pensando en cómo animar a futuros estudiantes de ciencias sociales a permanecer en ellas. Bue, una forma bastante usada, creo, es mostrarles cuan dúctiles pueden ser los social scientists (we are scientists, yeah!). Aparte de montar un estudio de abogados especializado en asuntos corporativos y adquisiciones hostiles, también es posible hacer otras cosas bastante más entretes. Dos ejemplos dejo. El primero, ser colaborador de una revista shuper, investigando ritos de pasaje en el África contemporánea; el segundo, trabajar con David Lynch entrevistando personas en el camino y reconstruyendo, en el proceso, las trayectorias de diferentes generaciones de gringotown.
Si no les anima ninguna de las dos, siempre hay un ambos Trial o una camisa Arrow acuadrillé esperándolos.
NASD

sábado, 15 de agosto de 2009

What's the point?

Hace unas semanas en la UDP anduvo una niña de Standford haciendo proselitismo para el deliberative polling®. La idea es que, luego de administrar una medición con una clásica encuesta sobre un key public issue, se realiza un sub-muestreo de dicha primera muestra; a esta nueva muestra se le entrega info respecto a dicho key public issue, debaten durante un fin de semana y se reúnen con expertos en el tema discutido; luego de dicho proceso, se les aplica nuevamente el primer instrumento y, voilà!, encontramos diferencias entre los resultados generados en la primera y segunda aplicación del instrumento.

Lo primero: esto apesta a liberalismo economicista clásico. Y es que, al parecer, esta gente comprende el proceso de constitución de las disposiciones como un fenómeno de posesión de información. Así, lo que habría que hacer es reducir el gap de información que los respondentes tienen. En realidad, no logro entender el punto del ejercicio. Hay varias investigaciones referidas a la toma de decisiones y acceso a información útil, cuyos resultados tienden a ser similares a los arrojados por la deliverative polling®.

Pero bue, yendo al punto, hay varios problemas que diviso. Por un lado, no he podido encontrar en sus informes info referida a cómo controlan los efectos de las distintas variables. Quiero decir, ¿cómo sabemos que el cambio en las opiniones de los sujetos sometidos al proceso deliberativo se debe efectivamente a la fuerza coactiva del mejor argumento, y no a procesos de hegemonización de los discursos ocurrido en el mismo fin de semana all inclusive? Si alguien sabe donde está la info, please compártala.

Además, quienes varían sus opiniones antes y después? Sabemos que típicamente en las polls hay un número de la muestra cuyas opiniones no son hard-core. Son esos los mismos que luego de la discusión con expertos cambian sus opiniones, o más bien hay un cambio porcentual transversal a los niveles educacionales, socioeconómicos y de otro tipo de capitales? Los médicos en la muestra cambian de la misma forma sus opiniones respecto a la extensión del seguro médico que lo hace una madre soltera? Nuevamente, si alguien encuentra la información, share with us!

Finalmente, si luego de atender a este proceso de debate racional bien documentado, las personas cambian sus opiniones respecto a ciertos temas centrales, la pregunta malvada que me surge es ¿esa misma gente que no tiene idea de nada elige a sus representantes? Con los resultados que muestran, se me viene a la mente esa escena de the remains of the day, cuando uno de los amigos del noble nazi le hace al mayordomo una serie de preguntas sobre “key public issues”, a las que, por cierto, el sirviente no logra responder. Lo que se levanta es el hecho que la democracia no es un ejercicio de compra-venta de bienes en el mercado como testarudamente vienen diciéndonos los liberales hace más de una centuria. El deliberative polling® tiene demasiado que probarnos antes de que podamos celebrar nada, ni política ni académicamente.
NASD

lunes, 3 de agosto de 2009

Copiando idea buena

El Humbug es un disco que tiene que ser escuchado por amantes del Stoner. Si te gustaron los dos primeros de los monos árticos, de la manera que a quien escribe le gustaron, entonces es improbable que le guste la nueva entrega. Y es que J. Homme metió mucha mano, y el resultado final es cinco británicos creyéndose gringos sureños. Es como si antes de grabar hubieran pensado "hey, TrueBlood es la raja, deberíamos hacer el tema de la segunda temporada". Así, tenemos 10 posibles temas de opening para una serie de vampiros ambientada en Louisiana redneck.

Hoy estuve hablando con Becki de mi infancia-adolescencia, y no recuerdo haber hecho cosas tan nefastas como las que Ana María Matute describe en los relatos contenidos en Otros Muchachos y otros cuentos. Entretes y siempre tristes, recorre el franquismo en sus fases inicial y mediana retratándonos a niños que simplemente viven. La idea es la que reza al comienzo de uno de sus cuentos, "No hay niños ni buenos ni malos, sólo niños". Igual lo disfruté.

Terminé la primera temporada de In Treatment y, joder, no se si tengo un crush con mi perro! A ratos agotadora, la serie protagonizada por Gabriel Byrne (!!!) y que yes yes yes, nos deja mirar hablar a Melissa George y Mia Wasikowska (LOL) es todo lo que esperaba de algo de HBO. Lo más cool es cuando Jake corrige al fucked up de Paul Weston al citar mal a Barthes ("It's an act of hysteria, not a stage"). Recomiendo no ver más de tres capítulo diarios.
NASD

jueves, 28 de mayo de 2009

ChileSoc ayuda a mantener su blog actualizado

Hoy me encontré con unos cuantos mensajes de ChileSoc en mi casilla. Entre ellos, uno en el que se busca a un sociólogo/a para participar en un nuevo programa de televisión. Lo que se espera, es que pueda ayudar a comprender “qué rol juega el almacén como un espacio en el que se construye la identidad del barrio, como centro de relaciones sociales directas y cercanas, como núcleo de comercio a baja escala que permite otras formas de negociación, incluyendo a los fiados”. Además, a esta gente le interesa conocer “Cuáles son los elementos que constituyen la identidad del barrio chileno; cómo ha cambiado, a grandes rasgos, la figura del barrio en este siglo; de qué manera el barrio engloba la idea de un espacio seguro y confiable para sus habitantes, donde pueden desarrollar sus vidas en forma armónica: qué importancia tiene en la visión de mundo de quienes viven en él”. Las respuestas a esta performance fueron recomendaciones de X y Z personas como los indicados, debido a su trabajo de conservación de barrios o porque sabe del “canal tradicional”, como nos informan que es re-semantizado el almacén por quienes se dedican al marketing.

¿Es que nadie se da cuenta de lo que pasa? Si, en el mejor de los casos, lo que entre comillas se expone más arriba fueran hipótesis a contrastar, ya sabemos cual es el resultado: ninguna se sustenta.

Planeaba escribir varios puntos diferentes para señalar los errores en los que se incurre, pero finalmente resolví apelar a la madre del cordero: los supuestos equívocos. ¿Qué coño quieren decir cuando dicen barrio e identidad? Hace un tiempo trabajé con la territorialización del espacio residencial que algunas barras bravas del fútbol chileno realizan. Entonces, me pareció obvio recurrir al concepto de barrio. 7 Diferentes definiciones, distintas y distantes todas ellas. ¿La identidad de los residentes está definida por la forma en que utilizan el espacio algunos de sus habitantes? En fin, el problema es que no existe un “barrio chileno” ni si quiera “algunos barrios” chilenos. Dicho término es indeterminado. Aunque se consideren todas las dimensiones, todas las variables relevantes para la definición y medición del fenómeno, lo que sea que es el barrio, no existe “el barrio chileno” como no existe la “identidad chilena” o sandeces esencialistas similares. Conozco dos investigaciones que muestran, para varias ciudades, como lo que en algunos lugares se denomina como “barrio” no es concebido si no como el lugar del miedo, del extraño, de la no confianza y de la desarmonía.

Sospecho que se sigue pensando en la bucólica y fantasista figura del barrio como equivalencia de “conjunto de viviendas de sectores populares y medio-populares de los 80’s que se movilizan y que construyen vínculos en base a la coincidencia del espacio residencial ocupado”.

Bueno, si el/la sociólogo/a que veremos en el programa de televisión, efectivamente es versado/a en temáticas de “barrios-identidad-sociedad”, y en realidad hace sociología, entonces tendrá que decir frente a las interrogaciones antes planteadas algo como: “La verdad, es que no existe nada ni remotamente parecido al barrio chileno; crecientemente existen personas que no construyen su(s) identidad(des) en referencia al lugar en donde residen, precisamente allí donde en el pasado se dijo que aquello ocurría; y también hay quienes que, a la par, no definen el sector que rodea a su vivienda como ‘un espacio seguro y confiable’ y mucho menos armonioso. Sin embargo, también hay lugares en donde efectivamente la imagen tradicional folklórica-“intillimanezca”-comunitaria del barrio ocurre, pero no en todos lados, ni siquiera en la mayoría de los lugares que usted parece entender por barrio”.

martes, 12 de mayo de 2009

SERVICIO DE UTILIDAD PUBLICA

Hace unos días, dando vueltas por librerías en Providencia, llegué a la Nueva Altamira. No importa donde empiezo, siempre termino allí. Mirando con algo de desgano, me quedé escuchando la conversación entre un cliente chileno residente en Panamá y el dueño de la tienda (las características de ambos son, básicamente, sospechas fundadas de mi parte).

La cosa es que hablaban de precios, distribución, catálogos, en fin, del mercado editorial. Lo que me traumó fue algo que señalaba el dueño. Según le informaba al cliente (un tipo alto, entrado en años, con pelo cano y voz firme), semanas antes había estado reunido con la gente de Paidós en Baires. Estos últimos le explicaban los cambios que estaban acaeciendo luego de que la casa editora fuera adquirida por una multinacional de las comunicaciones. Una de las consecuencias era la sistemática eliminación de textos de sus catálogos. “Hanna Arendt, no vende, pico, pa’ la casa”. De tal forma disminuyen las copias en el mercado, aumentan los precios. Great!

Preocupado, más tarde ese día, decido amazonear Theoretical Logic in Sociology de J. Alexander. Recordaba haberlo visto hace unos meses al grosero precio de U$ 925.00 dólares, los cuatro volúmenes…usados. 1500 dólares, o algo así por los cuatro tomos si los quería nuevos.

Con algo de grata sorpresa noté que estaban bastante más baratos. Lo interesante es el rango de precios de los volúmenes. Por el primero, hay versiones usadas que van de los 4.35 a 47.96, o por el tercer volumen 15.74 a 168 dólares!! ...en fin, sumando se pueden conseguir los 4, usados, por algo más de 100 dólares y nuevo por 310 dólares.

Posteo esto por si alguien tiene algún dato de donde conseguir este u otros títulos a un precio razonable de manera pronta.


NASD

domingo, 19 de abril de 2009

OK

En ChileSoc, hace unas semanas que uno de sus participantes nos dio a conocer que viajaría a NY para recibir un Ogilvy Award por los Insights que forman parte de la campaña publicitaria del Bank of America, en la que él participó. Seguido, unos cuantos mails de otros participantes del grupo aparecieron extendiéndole sus felicitaciones. “CHUATAS!!! Felicitaciones entonces Miguel, eres muy buena publicidad para la sociologia!” escribió uno; “A mi gusto el asunto es interesante para la red, puesto que hay sociólogos "generando" insights y también colegas recibiéndolos” dijo otro. Ok.

Ando lúdico, juguemos a dar una interpretación sociológica del hecho. Un actor que, al parecer recibió instrucción terciaria formal en sociología, se ha hecho acreedor de una distinción que le permite acopiar capital simbólico, aún no se en cuál de todos los campos que no son la sociología. Y es que me parece difícil que dicho capital lo pueda operacionalizar/transformar en capital propio del campo sociológico, científico si quieren (¿queremos?). Más bien, me parecería poco apropiado, destructor de la lógica del campo. Si aquel premio se traduce en capital en el campo científico, si el galardón adjudicado vale de algo para la sociología como disciplina, significa que la lógica del campo de la que nos habló el bueno de Bourdieu no es tal. Y es que hacer buenos insights, excelentes incluso, no aporta absolutamente nada a responder la pregunta por el orden social.

Es probable que el premio sea absolutamente merecido, pero aquello no significa, no se deriva de manera lógica, que los practicantes de la sociología deban alegrarse por eso. Primero, porque es un premio que felicita algo que no es conocimiento propio de la sociología (entendida como disciplina científica dedicada al estudio de las condiciones de posibilidad del orden social). Si me aceptan el absurdo, si un equipo de baby fútbol conformado por sociólogos gana el primer lugar en una liga, ¿significa que debemos contentarnos de ello por el sólo hecho de constatar las credenciales de formación que poseen? Muchos dirán que no son situaciones comparables, y ahí mismo está el error. Para el asunto aquí tratado, dichas dos situaciones son exactamente las mismas, a saber: un conjunto de sociólogos, debido a su desempeño destacadísimo en campos o aspectos que son no-sociológicos, han sido premiados en base a tales méritos. Entonces, ¿por qué estar contentos? Una primera, más bien la única respuesta que me parece relativamente apropiada es la que recurre al factor gremio. Deberíamos estar contentos porque significa que los sociólogos están generando una labor destacadísima en esferas diferentes a la sociología, volviendo la empleabilidad de los sociólogos más alta. Ok, pero es insuficiente.

El problema que veo es el siguiente: No nos destacamos por hacer sociología! No conozco ningún sociólogo/a chileno/a que haya ganado algún award de la ASA o alguna organización que agrupe a quienes hacen sociología. Mi problema con sentir gozo en el corazón por el premio del que aquí hemos hablado es la otra cara, es decir, la inexistencia de sociólogos que se destaquen por dedicarse a dar respuesta a la pregunta por el orden social, o las preguntas que de ella se derivan cuando se la descompone.

Por eso, en vez de estar contento, por enésima ocasión me lamento del triste estado en que la sociología chilena se encuentra, ¿ok?

jueves, 9 de abril de 2009

CANAL 13 MARCA UN HITO

Hace algo más de un mes, el noticiario central de Canal 13 marcó lo que considero un hito de la televisión chilena. Por cierto que no me refiero al cambio de dupla conductora, sino más bien a la forma de comprender la generación de noticias en las sociedades modernas. Y es que por fin en la televisión abierta se expresaron tomas de posición frente a los sucesos reportados. Primer día del nuevo formato e Iván Valenzuela, frente a la discusión de los candidatos presidenciales Frei y Piñera sobre la legislación del aborto, nos señala que es inadmisible que el aborto (o como él lo plantea, “valorar la vida de un humano por sobre la de otro”) sea una práctica legal. Creo que es uno de los momentos más emocionantes que la televisión chilena ha visto. Hay una clara vocación por utilizar los medios, y en este caso un noticiario, para establecer la posición valórica de un grupo de la sociedad respecto de un tema referido a la esfera pública. Fungiendo como manifiesto performático de un periodismo acorde a las sociedades contemporáneas, al tiempo que declara por el mismo hecho el absurdo de la pretensión de la neutralidad valorativa del periodismo, el noticiero de Canal 13 simplemente hace lo que al menos desde los 90’s se debió hacer: dejar de entender a las audiencias como unos “idiotas que juzgan”, parafraseando al bueno de Garfinkel.

Quienes estén mínimamente familiarizados con la televisión norteamericana, y para que hablar de la europea nor-occidental, hace bastante rato que la televisión, y en especial los noticiarios, son utilizados para, de alguna forma, recrear el debate de la esfera pública. En las últimas elecciones presidenciales en USA, las cadenas no titubearon en mostrar su apoyo explícito a los diferentes candidatos. En cuanto a los Late’s Shows, joder que envidia me da al notar como un John Stewart le grita Fuck You a uno de los responsables de la crisis sup-prime. Hasta donde yo sé, no han tenido nada parecido a una dictadura en su historia republicana. Hasta donde yo sé, John Stewart jamás ha sido demandado por sus declaraciones.

Se que hay varias posibles explicaciones para el hecho que los medios chilenos sean faltos de crítica, pero nos acercamos al bicentenario y al vigésimo aniversario de la recuperación de la democracia, con los porcentajes más altos jamás conocidos por Chile en cuanto a cobertura educacional, en todos los niveles. No sé, tengo la tincada que va siendo hora de que la mohosa forma de ejercer el periodismo en nuestro país se ponga a tono con las transformaciones de la sociedad.

lunes, 30 de marzo de 2009

Ah, no digo yo...

No hay caso. Hace unas semanas en El Mercurio (22/03/2009, A21) nos comunican que “la familia es el factor que más pesa en la admisión a los colegios privados”. En detrimento de los tests que apuntan a identificar las destrezas de los infantes, eso que la investigación ha mostrado que se distribuye de manera indistinta a través de la sociedad, los colegios de (la) elite han comenzado a dirigirse a lo que siempre habían querido: los padres. Y es que, a la hora de distribuir un bien limitado, ¿de que sirve saber que todos los postulantes poseen las mismas capacidades cognitivas? Simplemente no sirve como criterio. Lo que importa es establecer quienes de ellos, a través del tiempo, generaran ese conjunto de disposiciones y predisposiciones a la acción que conocemos como habitus. Por cierto que no cualquiera. La manera más apropiada, entonces, parece ser el determinar la composición de los capitales de quienes habrán de ser la otra mitad de la forma.

“Los tests aplicados a niños de tres años no son 100% predictivos. Nos interesa más saber si los padres quieren y apoyan nuestro proyecto educativo” nos dice la directora de La Maisonnette.


La verdad es que a diferencia de otras instancias de la vida, como el cortejo, en esta no me incomoda ser majadero. Si que son herederos, macho. No digo yo, debí haber nacido en Francia en los 70’s…al menos no se negarían en las escuelas de sociología a decir lo obvio.

sábado, 14 de marzo de 2009

Sobre la enseñanza de teoría en Chile

Con algunos amigos hemos tenido, de manera irregular, bastantes conversaciones sobre el estudio y la enseñanza de lo que, en sociología, se conoce como teoría (Al menos en Chile). Empezamos por lo obvio: lo rasca que encontrábamos lo que la UDP proponía en dicha línea formativa: Dos cursos. No kiddin’ bro. La reformularon y pusieron un par más. El punto es que la reorganización del área de teoría es extremadamente voluntariosa y, lo que me parece aun más preocupante, pedagógicamente confusa. Parten con los clásicos, para pasar a teoría de sistemas y luego acción. Precisemos: cuando digo sistemas me refiero a Luhmann. Algo similar sucede con la PUC, donde la organización de la línea teórica es realizada en función de tres (supuestos) paradigmas: sistemas, racionalización y símbolo.

Pues bien, los problemas que veo son varios y variados. Especifiquemos por escuela. La UDP mezcla criterios organizadores. Saltan del cronológico al de niveles. Incomprensible. Nunca he entendido muy bien la relación catéctica que la gente de la UC tiene con Luhmann, y en algunos momentos hasta me parece cute, pero dedicarle un tercio de la línea formativa de teoría en pre-grado es simplemente una desmesura poco afortunada. Porque, seamos honestos, ¿dónde fuera de Alemania y algunos lugares en LA se lee, enseña e investiga con-para-sobre Luhmann? En ninguno de los 25 departamentos más importantes de sociología en USA se enseña o lee a Luhmann. Artículos que tengan alguna relación con él no han sido divisados en los 10 journals con mayor impacto en el campo desde hace al menos 10 años. ¿Cómo explicamos que forme 1/3 de lo que se enseña en tales departamentos en Chile?. A no equivocarse, igual de desmesurado sería si 1/3 de la línea fuera ocupada por Bourdieu, Habermas o Latour.

Otro problema, el que más me entretiene, es el referido a la organización de las secuencias que se sigue. ¿Por qué sistemas antes que acción o racionalización? ¿Cómo coñazo se entiende Luhmann sin Parsons, Mead o Schutz? Lo que sucede en realidad, es que tanto en la UDP como en la UC, y en esta última mucho más claramente, opera un criterio metateórico en la organización. Es un juicio metateórico el señalar que es posible organizar a la historia de la teoría social/sociológica en tres supuestos paradigmas
*. En cambio decir que Weber vivió y escribió antes que Parsons, y éste antes que Luhmann, no es un juicio metateórico. Y, joder que resulta tanto más fácil y coherente explicar el último conociendo a los primeros. Además de aquello, el criterio cronológico permite fungir como metateoría: hay más similaridades entre Luhmann y Habermas que las existentes entre Weber y Habermas, por ejemplo.

Como ya se aprecia, considero, junto o después que Alexander y Calhoun, que el criterio cronológico es el mejor a la hora de organizar la formación teórica del pre-grado y, ciertamente, es el juicio metateórico que más plausible me parece. Cuando me compre mi universidad, Ah!, what a glorious day!

NASD

* Lo más talento es que además de haber competencia entre paradigmas, siguiendo esta lógica, hay algunos que están dentro de otros!!

martes, 3 de marzo de 2009

Del porqué no me convence(n) la(s) teoría(s) de la individualización



“Cuando yo era chica, no tenía derecho a comer galletas ni queques industriales, entonces veía a mis amigas que tenían montones de productos nuevos, coloridos y muy atractivos-dulces y cosas así-, y yo tenía prohibición absoluta de probarlas. Para mí, las colaciones siempre eran tartines untadas de una buena mantequilla con chocolate bitter rallado encima. Y Nathan también ha sido educado comiendo chocolate negro. Finalmente me doy cuenta de que tengo la misma manera de ver las cosas que mi padre”.

La buena de Anne-Sophie Pic nos regala una perla. En una entrevista aparecida hace un tiempo en Revista YA (baluarte cuando se trata de narrar estrategias ejemplares de transmisión de habitus de los high brow) nos cuenta parte de su vida. Tiene un hijo, Nathan, y tres estrellas Michelin. Cuando joven se fue de su casa debido a que no deseaba seguir los pasos de su padre. Hasta ahí lo relevante. Lo que me perturbó gratamente de lo planteado por la chef del año 2007 gala, es que le otorga una sabrosa palmadita en el hombro a los Beck y sus secuaces: “si, si, si…la familia ya no es importante en los resultados de las trayectorias sociales de sus hijos; si, si, si…la clase tampoco importa mucho, no se preocupe y vaya a acostarse, es tarde para que esté despierto”.

Es cierto, esto se parece mucho a lo que Popper criticaba del marxismo (“Los marxistas encuentran evidencia de las contradicciones del capitalismo cada vez que abren el diario”). Lo que quiero poner de relieve es que el principio empírico mostrado por Bourdieu hace ya treinta años sigue funcionando precisamente en las sociedades en donde las perspectivas posmos muestran existencia de categorías zombies, de individuos lanzados a la elección sin otros referentes de acción que ellos mismos. En fin, sigo pensando que esa idea es too much.

NASD.